Las matemáticas flotan a nuestro alrededor tan discretas como ordenadas, forman el espíritu crítico como ninguna otra disciplina, enseñan a discernir entre varias alternativas y a interpretar correctamente el mundo en que vivimos. En cierta manera, las matemáticas nos hacen más libres.
Los números nos dan una ubicación física o temporal (reloj, calendario, coordenadas geográficas…), nos permiten medir (kilómetros, litros, kilos, ºC…), contar (el dinero que tenemos, los días que nos faltan para las vacaciones,…), ordenar y clasificar (la llegada de los atletas a la meta, los libros de una biblioteca, las hojas de un libro…), cuantificar el valor económico de las cosas (para poder cobrar por un trabajo realizado, para comprar o vender alimentos…), realizar estudios (estadísticos, médicos, científicos…) …
Estas son solamente algunas de las presencias de los números en nuestra vida.
Porque los números que nos rodean no tienen que ser observables, es más, en la mayoría de las cosas en que se presentan no los podemos ver, por eso no somos consientes de su existencia.
No nos percatamos de la existencia de las matemáticas, y digo matemáticas y no números, cuando vemos un semáforo, que funciona con complicados sistemas y operaciones matemáticas; ni cuando observamos un edificio, con todo lo que su elaboración entraña. Montamos en un coche y no nos damos cuenta de que el mínimo movimiento que haga, ya sea un parabrisas o el elevalunas eléctrico, está inducido por impulsos eléctricos a los cuales se han llegado a través de un largo camino de estudios científicos (matemáticos entre otros). Por no hablar de la distribución física de todos y cada uno de los elementos de la urbe: edificios, espacios verdes, vías de circulación… la ubicación de todas estas cosas está medido al milímetro.
Los políticos, los medios de comunicación, y nosotros mismos recurrimos habitualmente a los números para dar mayor verosimilitud a nuestras apreciaciones. La razón es que las matemáticas mantienen desde hace ya milenios una bien ganada fama de fiabilidad. Ese valor de las matemáticas es único; son indiscutibles: las matemáticas son universales y fiables en el sentido más amplio de la palabra.
En definitiva, las matemáticas son una parte fundamental de la sociedad en la que vivimos. Están presentes y gobiernan todas las cosas. “La presencia de las matemáticas en la sociedad ha sido siempre grande, pero actualmente es mayor" (Puig, Luis; catedrático)
3L UN1V3RS0 35T4 35CR1T0 3N CL4V3 M4T3MAT1C4 - "el universo está escrito en clave matemática" (Galileo Galilei)
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