lunes, 10 de enero de 2011

4. DEL ORDEN PÚBLICO A LA VIDA COTIDIANA

A los turistas occidentales que visitan países musulmanes por primera vez, con frecuencia les sorprende el sonido de la “llamada a la oración”, que se escucha cinco veces al día, procedente de los minaretes de cientos de mezquitas. Ese sonido hermoso y evocador es extraño para la mayoría de los oídos occidentales. Sin embargo, para los lugareños, la llamada a la oración está tan incorporada a su vida que se percibe de forma más o menos inconsciente. Si ellos viajaran a Occidente, donde esta llamada no suele escucharse, percibirían su falta como algo extraño que les desorientaría.

Este ejemplo representa la vida cotidiana. Cuando hacemos algo muchas veces al día sin apenas pensar en ellas convertimos la acción en rutina. A veces resulta extraño para alguien que no realiza estas actividades, porque tiene otra rutina, como por ejemplo, cuando nos extrañamos que los ingleses conduzcan por la izquierda.

            Cuando bostezamos y ponemos la mano delante de la boca, ¿somos conscientes de ese gesto? O cuando cruzamos un paso de cebra y alguien nos empuja, ¿tenemos la necesidad de vengarnos de él? Con esto quiero decir que hay ciertas normas culturales y leyes escritas que las tenemos tan interiorizadas que forman parte de nuestra vida cotidiana. Cuando cruzamos la calle por el paso de cebra en hora punta sabemos que quizá alguien nos pueda empujar o pisar, pero es algo que lo vemos normal, porque nos sucede todos los días.

¿Cuando nos roban la cartera y denunciamos a la policía, o cuando nos ponemos malos y vamos en ambulancia pensamos: “hay que majos son, que me van a ayudar a detener al ladrón/salvar la vida”? No, la respuesta es no. Y esto es así por lo que hemos dicho. Hemos interiorizado al sistema, y sabemos que contamos con un orden público.

¿Qué entendemos por orden público? El orden público es el núcleo, el aspecto central y más sólido y perdurable del orden social. Es el conjunto de principios inspiradores de la organización del Estado y la familia, que de acuerdo al orden moral y las buenas costumbres, aseguran la realización de los valores humanos fundamentales. (Diccionario jurídico). En definitiva, se lo considera sinónimo de convivencia ordenada, segura, pacífica y equilibrada.

            En definitiva, la función que cumple el orden público es la de estructurar y organizar nuestra vida cotidiana, sin el cual sería un caos. Necesitamos leyes y normas por las cual regirnos. Necesitamos saber que estamos seguros (seguridad) andando por la calle, lo que vamos ha hacer mañana (que nuestra vida no cambie inesperadamente) y que contamos con el apoyo de un organismo cuando nos surja una necesidad vital.

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