lunes, 31 de enero de 2011

ENSAYO: II

TRABAJO Y OCIO



Fuente: http://www2.noticiasdealava.com

Fuente: kammerorchester.com



“Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto la vida es una esclavitud” (Máximo Gorki)

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” (Confucio)

“Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición” (George Bernard Shaw)



Este apartado puede ser un poco confuso. A la hora de interpretar trabajo y ocio puede que no estemos todos de acuerdo. ¿Puede convertirse el trabajo en ocio?
Esta respuesta queda explicada con las citas de Máximo Gorki, Confuncio y G. Bernard Shaw. Las tres tienen algo en común, y es que si te gusta el trabajo que haces, se “transforma” en ocio.

¿Ocio es gastar tu tiempo libre en lo que te gusta o simplemente hacer lo que te gusta? Porque si tomamos como válida la segunda, y tu trabajo te gusta, el trabajo podría coincidir con el ocio. Esto puede verse, de forma cómica, en la primera foto del señor en la playa.

Dejando a un lado esta doble interpretación, nos metemos de lleno en otra bipolaridad. Como ya desarrollamos en el trabajo, para que haya ocio debe de haber trabajo (en muchas situaciones, no en todas). Así, tal y como vemos en las dos fotos, la señora que está siendo atendida está disfrutando de su tiempo de ocio, pero para ello le tiene que atender el camarero, que está trabajando. Y lo mismo en la siguiente foto: la orquesta que toca está trabajando, mientras que el público que ha acudido a verla está disfrutando de esa actividad de ocio.




ORDEN PÚBLICO Y VIDA COTIDIANA


“De la vida cotidiana se saca mucha enseñanza, si se observa y se medita lo bueno de cada instancia” (Alicia Beatriz Angélica Araujo)

“La vida se vuelve una fiesta cuando sabes disfrutar de las cosas normales de cada día” (Phil Bosmans)


La vida cotidiana me parece el reflejo más puro, o uno de ellos, que transmiten las ciudades. Creo que este aspecto está presente en todos los lugares del planeta: la vida cotidiana puede tener lugar en el pueblo, en la ciudad, en la naturaleza…

Muchas veces, este quehacer de cada día nos parece igual que el del día anterior, que no nos aporta nada nuevo a nuestra existencia, pero como dice A. B. Araujo, de la vida cotidiana se aprende mucho, y saber disfrutar de ella puede aportarnos más felicidad y agrado de lo que creemos.

Como decíamos en el trabajo, tenemos tan interiorizado el “orden público” que lo tomamos como lo normal, formando parte de nuestra vida cotidiana.



La ley y la libertad

Fuente: 4.bp.blogspot


“La ley está hecha para una sociedad en la que la gente no es moral, pues esta debería ser la única ley que dominase a las personas, la ley del corazón…” (Anónimo)

“Compatriotas: las armas os darán la independencia, las leyes os darán la libertad” (Simón Bolivar)

“Cuando sea posible hablar de libertad, el Estado como tal dejará de existir” (Friedrich Engels)


Comentando la imagen y estas citas, estaré diciendo todo lo necesario que debo decir acerca de la ley y la libertad.

En la imagen se refleja la igualdad que debe haber entre la ley y la libertad. Si ambas tienen el mismo peso en la sociedad, ésta estará equilibrada, será una sociedad justa y libre. No debemos entender la ley como una privación de libertad, sino como un regulador para que todos vivamos en un lugar seguro. En este sentido, la ley tampoco es absoluta al cien por cien, sino que tiene unos límites. El problema es encontrar esos límites… porque si se sobrepasan nos encontraríamos ante una privación de libertad, pero si, por el contrario, no llegamos a ellos, el “exceso” de libertad estaría limitando la de otros. Voy a poner un ejemplo para verlo de forma más clara:

Si un hombre, en ejercicio de su plena libertad, orina a la puerta de mi casa, está limitando mi libertad, o mis derechos, según como se interprete. Si yo gozara de libertad absoluta, probablemente le daría un puñetazo, él me lo devolvería… ¿y dónde acabaría esto?

Por eso existen unas leyes, leyes que supuestamente son lógicas y buscan el bienestar de todos, o de la mayoría puesto que “nunca llueve a gusto de todos”. Más reciente es la polémica Ley Antitabaco. Desde el pasado 2 de enero está prohibido fumar en sitios públicos cerrados, o parques o lugares próximos a colegios, hospitales (buscar en Internet)… Como es obvio, hay gente que está de acuerdo con esta ley y otra que no. Pero seamos objetivos: yo, una persona no fumadora, ¿tengo que respirar el humo que los demás expulsan? Está claro que la libertad que ejerce una persona para fumar está perjudicando la salud de los que tiene alrededor, por lo que la máxima fundamental que aplico a la libertad es: una persona es libre de hacer lo que quiera hasta que esa libertad perjudica a los demás.

En las dos primeras citas veo un mismo núcleo: la ley es necesaria para lograr la libertad. En ellas da por supuesto que los hombres sin leyes no actuarían correctamente, movidos seguramente por su propio interés. En la última, “Cuando sea posible hablar de libertad, el Estado como tal dejará de existir”, de Friedrich Engels, veo un toque crítico hacia el Estado, que como decíamos antes, mediante las leyes restringe un poco la libertad de los ciudadanos.

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